¡ Qué necesario no perder la memoria de lo que fue! Es un tema que me tiene especialmente preocupada, como madre de un adolescente. Ana, actualmente la figura de Franco se está blanqueando a pasos agigantados.
Si, qué terrible. Justo estoy preparando una entrada a partir de los catálogos "críticos" de libros para niños durante nuestra dictadura... es muy reveladora esta falta de memoria....
Un saludo lleno de cariño y siempre muy agradecido por el amplio espectro de lecturas que se van hilvanando en los temas que propones y que todos me encantan, pues para mi ignorancia en el tema, suponen mucho, pero también mi amplia dedicación a su búsqueda y lectura y, aunque el tiempo no es elástico ni mi memoria cuenta con demasiado espacio de almacenamiento digerido, yo me empeño y me voy introduciendo en esos cuentos de los que había oído pero no había leído. Muchas gracias.
El tema de la mentira o el emascaramiento de los acontecimientos… creo que es un asunto de tomar en cuenta y que a pesar de los 90 años y de otros muchos en otros casos, no se ha aprendido a analizar con una perspectiva humana las atrocidades a las que ha sido sometida la humanidad.
En cuanto al regalazo que nos diste al descubrir -al menos a mí- a este fantástico autor gallego Juan Farías y particularmente en cuanto a dos de sus obras que, por supuesto sólo he localizado una en Amazon y sólo la hay en formato impreso, por lo que tú ya sabes y conoces de primera mano y que con mis personales capacidades, se me dificulta. Pero, en mi búsqueda por todos los rinconcitos me tropecé con algunos fragmentos de esos dos títulos sugeridos y me ha encantado.
Las casualidades que nunca faltan me hicieron que el texto que acompaño lo compartiera con un grupo de lectura muy interesante y variado en el que participo los jueves por la noche y donde una de las encantadoras chicas asistentes -que además tiene como un radar para encontrar libros increíbles sobre literatura infantil y juvenil- que en cada sesión nos va compartiendo y que, recientemente nos recomendara ver “Adolescentes” una serie de 4 episodios que está promoviendo Netflix con un tema muy sensible -especialmente para ella que tiene una nena que el próximo curso pasará a la secundaria y está aterrada- y me pareció oportuno mandarle a todo el grupo el texto para que mañana podamos comentarlo.
Aquí me quedo, con la promesa de relataros el resultado de la experiencia, cuando de respuesta a tu reciente envío sobre “El personaje”.
Saludos cordiales para todos y para ti un abrazo especial.
Cristina Antúnez.
La larga siesta de papá
Juan Farias
No sé si el cuento que ha venido a entristecerme es para niños; puede ser un cuento de
niños para padres o para que un padre y su hijo lo escuchen cogidos de la mano.
Empieza así:
Hace muchos, muchos, muchos años, en la antigua China, en una ciudad de papel y
barro, blanca de caolín, entre plantas de arroz y té, un niño igual que todos los niños, volaba
su cometa.
No recuerdo si la cometa era un dragón verde de papel pinocho, o una caja de tres
colores, cada uno dedicado a un espíritu bueno, o la sonrisa de un niño, una sonrisa amplia,
de oreja a oreja y aún más.
Un niño y su cometa en el viento.
El viento se sentía feliz y el niño también lo era, lo era tanto que sintió la necesidad de
compartirlo con alguien, por ejemplo, con su padre.
El niño, como casi todos los niños, pensaba que su padre era lo más importante del
mundo, más que el viento, la cometa o un gran plato de arroz con la flor de la miel.
Pero el padre, como muchos padres, era más amigo de dormir la siesta o de tomar el
té con los amigos que de perder el tiempo en cosas de niños.
El niño invitó a su padre a jugar con la cometa, a reír con el viento.
El padre, como casi todos los padres, respondió:
—Tengo cosas más serias que hacer. Déjame dormir tranquilo, ¿quieres?
El niño se puso triste y el viento se enfadó.
Sí, el viento se enfadó y como era amigo de todos los espíritus de la antigua China fue
a pedirles ayuda.
Y habló con el espíritu del tiempo que es largo y llega desde el principio hasta el fin
de casi todas las cosas.
Y el espíritu del tiempo consultó con el espíritu del sueño, que es redondo, se repliega
sobre sí y runrunea.
El viento, el sueño y el tiempo tomaron una decisión y el padre se quedó dormido un
día y otro, una semana, un mes y otro mes, un año y otro año y otro año...
La cometa del niño se fue haciendo pedazos.
El niño creció, fue hombre, tuvo hijos y les hizo cometas que también se hicieron
pedazos.
Y mientras, el padre dormía.
Cuando el tiempo, el viento y el sueño decidieron que era suficiente, mandaron un
enorme moscardón de bambú, de tres colores y muy ruidoso, a que se posase sobre la nariz
del padre.
Y el padre se despertó para encontrarse cara a cara con aquel anciano tan triste.
—¿Quién eres tú? —preguntó el padre—. ¿Qué haces en mi casa?
—Soy un anciano al que dejaste sin recuerdos y sólo por dormir la siesta.
—No sé qué quieres y no te conozco.
—Me conoces. Soy tu hijo. Crecí sin jugar contigo. Tuve hijos sin que jugaras con
ellos.
Y el anciano, tomando entre sus manos las manos del padre, le preguntó con todo el
cariño que aún no había recibido:
—¿Has dormido bien, papá?
(Edición basada en Algunos niños, tres perros y más cosas. Madrid: Espasa-Calpe, 1981, pp.
Muchas gracias, Cristina, siempre luminosa y llena de ideas. Gracias también por este cuento, que está en uno de sus libros más premiados. Qué pena que la Fundación SM a través de su editorial no se comprometa a reeditar a los autores a los que premia, pero, en fin, ya sabemos...
Ayer un diputado balear "felicitó" por el día de la victoria (lo que, además de rastrero, es ilegal). Hoy, Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil leo tu carta y la disfruto, como disfruté de Juan Farias y sus libros. Feliz día para todas y todos. Con Franco no se vivía mejor y tengo 66 años que acreditan que sé de qué hablo porque lo viví. Un abrazo.
Muchas gracias, Pepe, por las felicitaciones del día nuestro y, claro, tú sí que leíste a Juan Farias, a ver si las nuevas generaciones lo siguen leyendo y manteniendo vivo. Un saludo
Muchas gracias, Ana. Ojalá hubiera una editorial que rescatara libros descatalogados, ojalá fuera más fácil publicar libros descatalogados, ojalá el mercado editorial funcionara de otra manera... Ojalá alguien lea esto y publique de nuevo esos dos libros que dices, si no lo he hecho yo antes...
Muchas gracias, Ana, por este maravilloso y necesario informe que nos trae noticias sobre las memorias históricas. En tiempos de fascismos y con la convicción de que desde los lugares de formación de sujetos podemos contribuir a la sociedad para volver, recuperar los sentidos profundos de nuestras existencias, el valor de las diferencias, la importancia de la democracia y de los derechos humanos, he tomado nota de los libros de Farias y leído las noticias que acompaña la nota. ¡Abrazo sentido desde Argentina!
Que artículo tan interesante y necesario, ahora más que nunca. Me apunto a Juan Farias. He leído mucho sobre la guerra y postguerra en novelas para adultos, pero no conocía estos libros destinados a los jóvenes. Gracias, Ana. Me deja atónita que haya personas que defiendan los gobiernos militares y las dictaduras, sé que sucede y que el fascismo está "de moda" (Tik Tok y redes parecidas están llenas de mensajes perversos), por ello libros como éstos son imprescindibles.
Descubrí a Juan Farias por casualidad en la biblioteca de mi localidad con Crónicas de Mediatarde, un libro que también habla de la guerra, y quedé impresionada con su hondura y lirismo. Por fortuna había más títulos en la biblioteca y los leí todos varias veces, son muy breves y muy hermosos. Más tarde quise comprarlos y los encargué en mi librería, donde me informaron que muchos estaban descatalogados y solo pudieron conseguirme tres: A la sombra del maestro, Algunos niños, tres perros y más cosas, y La posada del séptimo día.
De los que mencionas he leído Los niños numerados, el de los nazis del 43 nunca lo he visto aunque lo conocía de oídas.
¡Me encanta esto escritor tan singular, este gran maestro! Si no lo habéis hecho ya, os recomiendo que entréis en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y leáis una conferencia suya titulada EN VOZ ALTA que es una auténtica belleza. "Enseñad a leer a los niños, os lo ruego, en el viento, en los charcos en un día de lluvia..."
¡Que suerte tengo de haber encontrado esta newsletter!
Muchas gracias, Ana, y qué bueno que encontraste a Juan Farias en tus lecturas... Como bien dices, la hondura y el lirismo son dos características de su obra. Gracias también por recomendarnos su conferencia, que se puede descargar aquí: https://www.cervantesvirtual.com/obra/en-voz-alta--0/
Lamentablemente no solo lxs jóvenes tienen la idea que las dictaduras son una buena opción de gobierno. He platicado con españoles mayores de 50 años que también consideran a la dictadura como la solución política y de gobierno para los países.
Si, mi teoría es que los jóvenes han sido educados con estas personas mayores de 50 (y también sus abuelos) que les han contado la parte nostálgica, y, desde luego, sí que hubo gente que vivió mejor, pero no fue la mayoría.
Gracias Ana, porque siempre aprendo con tus textos y porque también sumas títulos interesantes a mi lista de libros por leer.
Yo conocí a Juan Farías en la FIL, el día que recibió el premio SM -el fue el primero en recibirlo. Estaba muy mayor y dio su discurso con mucha dificultad y en voz muy bajita. Casi no nos enteramos de lo que decía. Luego su hijo leyó de nueva cuenta el discurso. Tengo muy presente la ocasión. Han pasado 20 años.
Eso me parece increíble, todavía hoy, ese premio no despierta las ganas de publicar nuevos autores, de tener sus libros actualizados. Es un desastre para la memoria. Estuve leyendo algunos textos de Juan para congresos y todo lo que dice me encanta todavía hoy. Gracias y un beso
Gracias por este post. Como ciudadana argentina lamento muchísimo esta dirección que están tomando nuestras sociedades. Acá también hay jóvenes que creen que en la Dictadura se vivía mejor. Sin ánimo de polemizar pienso que el problema no es el pasado, son las derechas. MEMORIA, MEMORIA, siempre.
Juan Farias, emoción tras emoción. Al escritor lo escuché en la FILIJ de la Ciudad de México, los presentes fuimos tocados por la sencillez de su discurso nos contó de su experiencia dibujando con palabras paisajes marinos, al final de charla caminó hacia el estacionamiento dejando atrás a muchas seguidoras, Leti una amiga y yo continuamos con él hasta el estacionamiento en dónde Juan decidió sentarse en lo alto de una banqueta y nos siguió platicando y platicando dejando su voz dentro de mi. Busqué sus libros y los atesoro, no son muchos pero son joyas literarias. Gracias
Qué bonito recuerdo, Clemencia, Juan era un increíble conversador y también un grandísimo escritor. Que bueno que guardas sus libros, a mí me faltan algunos que no consigo fácilmente. Un saludo cariñoso
Gracias por tu artículo, Ana. No entiendo cómo los jóvenes de hoy pueden decir que con Franco se vivía mejor. Ni ellos ni, tal vez, sus padres, vivieron en esa época. No podemos dejarla en el olvido. Olvidar es lo peor que nos puede pasar. Me ha gustado que utilizaras la palabra "honesto". Es posible que quienes fueron los mantenedores de la dictadura y los que la reclaman ahora, no conozcan su significado.
Es bastante escandaloso, yo no sé si lo dicen por decir o porque lo escuchan en casa. Cada vez que voy a Madrid un señor mayor sube al autobús y grita que ellos "levantaron" España, es un problema bastante generalizado. Espero que vuelvas a disfrutar a este gran escritor.
Gracias Ana por esta reflexión tan importante en estos tiempos donde el fascismo ha vuelto. No soy española pero he vivido otra dictadura. La desinformación, el ataque a la educación es terrible en estos tiempos. Necesitamos de la memoria, del pensamiento crítico de la reflexión.
Muy interesante lo que dices. Pero yo creo que el principal problema es la falta de espíritu crítico, que escasea cada vez más y cada vez es más necesario. Vivimos en una época en que cualquier persona tiene más acceso a la información (literalmente en la palma de su mano a través del móvil) que en ningún otro momento de la historia. La información está ahí, la memoria también.
Lo que falta es el discernimiento para separar lo verdadero de lo falso, la información objetiva y verificada de la manipulada e interesada. La mayoría de chavales va a dar más autoridad al último video de su tik-toker favorito que todo lo que puedan enseñarle en el instituto o en el colegio sus abnegados profesores.
Creo que hemos perdido la oportunidad de desarrollar el espíritu crítico en la sociedad y ese es el origen de este problema. Y de otros muchos que se nos vienen y que ya estamos empezando a vislumbrar.
Vivimos en una época de enorme capitalismo y ansiedad por el dinero y ser algo, seguramente la dificultad de serlo (y tenerlo) lleva a pensar de esa manera. Es como si no hubieran leído ningún libro sobre el tema, como si la serie Cuéntame fuera el referente nacional, lleno de nostalgia. Y desde luego, lo de internet está ahí, pero también confío en que haya escuelas donde se planteen los temas de otra manera.
¡ Qué necesario no perder la memoria de lo que fue! Es un tema que me tiene especialmente preocupada, como madre de un adolescente. Ana, actualmente la figura de Franco se está blanqueando a pasos agigantados.
Si, qué terrible. Justo estoy preparando una entrada a partir de los catálogos "críticos" de libros para niños durante nuestra dictadura... es muy reveladora esta falta de memoria....
Agradezco la referencia y su enlace. El fin de semana trataré de darme un banquete de Farías. Otro para tí.
Jiutepec, Morelos, a 2 de abril del 2025.
Mi querida Ana:
Un saludo lleno de cariño y siempre muy agradecido por el amplio espectro de lecturas que se van hilvanando en los temas que propones y que todos me encantan, pues para mi ignorancia en el tema, suponen mucho, pero también mi amplia dedicación a su búsqueda y lectura y, aunque el tiempo no es elástico ni mi memoria cuenta con demasiado espacio de almacenamiento digerido, yo me empeño y me voy introduciendo en esos cuentos de los que había oído pero no había leído. Muchas gracias.
El tema de la mentira o el emascaramiento de los acontecimientos… creo que es un asunto de tomar en cuenta y que a pesar de los 90 años y de otros muchos en otros casos, no se ha aprendido a analizar con una perspectiva humana las atrocidades a las que ha sido sometida la humanidad.
En cuanto al regalazo que nos diste al descubrir -al menos a mí- a este fantástico autor gallego Juan Farías y particularmente en cuanto a dos de sus obras que, por supuesto sólo he localizado una en Amazon y sólo la hay en formato impreso, por lo que tú ya sabes y conoces de primera mano y que con mis personales capacidades, se me dificulta. Pero, en mi búsqueda por todos los rinconcitos me tropecé con algunos fragmentos de esos dos títulos sugeridos y me ha encantado.
Las casualidades que nunca faltan me hicieron que el texto que acompaño lo compartiera con un grupo de lectura muy interesante y variado en el que participo los jueves por la noche y donde una de las encantadoras chicas asistentes -que además tiene como un radar para encontrar libros increíbles sobre literatura infantil y juvenil- que en cada sesión nos va compartiendo y que, recientemente nos recomendara ver “Adolescentes” una serie de 4 episodios que está promoviendo Netflix con un tema muy sensible -especialmente para ella que tiene una nena que el próximo curso pasará a la secundaria y está aterrada- y me pareció oportuno mandarle a todo el grupo el texto para que mañana podamos comentarlo.
Aquí me quedo, con la promesa de relataros el resultado de la experiencia, cuando de respuesta a tu reciente envío sobre “El personaje”.
Saludos cordiales para todos y para ti un abrazo especial.
Cristina Antúnez.
La larga siesta de papá
Juan Farias
No sé si el cuento que ha venido a entristecerme es para niños; puede ser un cuento de
niños para padres o para que un padre y su hijo lo escuchen cogidos de la mano.
Empieza así:
Hace muchos, muchos, muchos años, en la antigua China, en una ciudad de papel y
barro, blanca de caolín, entre plantas de arroz y té, un niño igual que todos los niños, volaba
su cometa.
No recuerdo si la cometa era un dragón verde de papel pinocho, o una caja de tres
colores, cada uno dedicado a un espíritu bueno, o la sonrisa de un niño, una sonrisa amplia,
de oreja a oreja y aún más.
Un niño y su cometa en el viento.
El viento se sentía feliz y el niño también lo era, lo era tanto que sintió la necesidad de
compartirlo con alguien, por ejemplo, con su padre.
El niño, como casi todos los niños, pensaba que su padre era lo más importante del
mundo, más que el viento, la cometa o un gran plato de arroz con la flor de la miel.
Pero el padre, como muchos padres, era más amigo de dormir la siesta o de tomar el
té con los amigos que de perder el tiempo en cosas de niños.
El niño invitó a su padre a jugar con la cometa, a reír con el viento.
El padre, como casi todos los padres, respondió:
—Tengo cosas más serias que hacer. Déjame dormir tranquilo, ¿quieres?
El niño se puso triste y el viento se enfadó.
Sí, el viento se enfadó y como era amigo de todos los espíritus de la antigua China fue
a pedirles ayuda.
Y habló con el espíritu del tiempo que es largo y llega desde el principio hasta el fin
de casi todas las cosas.
Y el espíritu del tiempo consultó con el espíritu del sueño, que es redondo, se repliega
sobre sí y runrunea.
El viento, el sueño y el tiempo tomaron una decisión y el padre se quedó dormido un
día y otro, una semana, un mes y otro mes, un año y otro año y otro año...
La cometa del niño se fue haciendo pedazos.
El niño creció, fue hombre, tuvo hijos y les hizo cometas que también se hicieron
pedazos.
Y mientras, el padre dormía.
Cuando el tiempo, el viento y el sueño decidieron que era suficiente, mandaron un
enorme moscardón de bambú, de tres colores y muy ruidoso, a que se posase sobre la nariz
del padre.
Y el padre se despertó para encontrarse cara a cara con aquel anciano tan triste.
—¿Quién eres tú? —preguntó el padre—. ¿Qué haces en mi casa?
—Soy un anciano al que dejaste sin recuerdos y sólo por dormir la siesta.
—No sé qué quieres y no te conozco.
—Me conoces. Soy tu hijo. Crecí sin jugar contigo. Tuve hijos sin que jugaras con
ellos.
Y el anciano, tomando entre sus manos las manos del padre, le preguntó con todo el
cariño que aún no había recibido:
—¿Has dormido bien, papá?
(Edición basada en Algunos niños, tres perros y más cosas. Madrid: Espasa-Calpe, 1981, pp.
11-16).
Muchas gracias, Cristina, siempre luminosa y llena de ideas. Gracias también por este cuento, que está en uno de sus libros más premiados. Qué pena que la Fundación SM a través de su editorial no se comprometa a reeditar a los autores a los que premia, pero, en fin, ya sabemos...
Aquí tienes algunas de sus conferencias por si quieres conocer al personaje: https://www.cervantesvirtual.com/obras/autor/farias-juan-1935-34278
Un abrazo
Ayer un diputado balear "felicitó" por el día de la victoria (lo que, además de rastrero, es ilegal). Hoy, Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil leo tu carta y la disfruto, como disfruté de Juan Farias y sus libros. Feliz día para todas y todos. Con Franco no se vivía mejor y tengo 66 años que acreditan que sé de qué hablo porque lo viví. Un abrazo.
Muchas gracias, Pepe, por las felicitaciones del día nuestro y, claro, tú sí que leíste a Juan Farias, a ver si las nuevas generaciones lo siguen leyendo y manteniendo vivo. Un saludo
Muchas gracias, Ana. Ojalá hubiera una editorial que rescatara libros descatalogados, ojalá fuera más fácil publicar libros descatalogados, ojalá el mercado editorial funcionara de otra manera... Ojalá alguien lea esto y publique de nuevo esos dos libros que dices, si no lo he hecho yo antes...
Ay, si, ojalá... Sin embargo, Los niños numerados sigue en catálogo, ojalá lo puedas leer.Un saludo
Muchas gracias, Ana, por este maravilloso y necesario informe que nos trae noticias sobre las memorias históricas. En tiempos de fascismos y con la convicción de que desde los lugares de formación de sujetos podemos contribuir a la sociedad para volver, recuperar los sentidos profundos de nuestras existencias, el valor de las diferencias, la importancia de la democracia y de los derechos humanos, he tomado nota de los libros de Farias y leído las noticias que acompaña la nota. ¡Abrazo sentido desde Argentina!
Muchas gracias, Daniela, espero que consigas los libros en Argentina. Un abrazo
Que artículo tan interesante y necesario, ahora más que nunca. Me apunto a Juan Farias. He leído mucho sobre la guerra y postguerra en novelas para adultos, pero no conocía estos libros destinados a los jóvenes. Gracias, Ana. Me deja atónita que haya personas que defiendan los gobiernos militares y las dictaduras, sé que sucede y que el fascismo está "de moda" (Tik Tok y redes parecidas están llenas de mensajes perversos), por ello libros como éstos son imprescindibles.
Gracias, Nuria, espero que encuentres sus libros, en especial los que tiene sobre esa España oscura y triste. Un abrazo
¡Gracias por el artículo y la reflexión, Ana!
Descubrí a Juan Farias por casualidad en la biblioteca de mi localidad con Crónicas de Mediatarde, un libro que también habla de la guerra, y quedé impresionada con su hondura y lirismo. Por fortuna había más títulos en la biblioteca y los leí todos varias veces, son muy breves y muy hermosos. Más tarde quise comprarlos y los encargué en mi librería, donde me informaron que muchos estaban descatalogados y solo pudieron conseguirme tres: A la sombra del maestro, Algunos niños, tres perros y más cosas, y La posada del séptimo día.
De los que mencionas he leído Los niños numerados, el de los nazis del 43 nunca lo he visto aunque lo conocía de oídas.
¡Me encanta esto escritor tan singular, este gran maestro! Si no lo habéis hecho ya, os recomiendo que entréis en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y leáis una conferencia suya titulada EN VOZ ALTA que es una auténtica belleza. "Enseñad a leer a los niños, os lo ruego, en el viento, en los charcos en un día de lluvia..."
¡Que suerte tengo de haber encontrado esta newsletter!
Saludos.
Muchas gracias, Ana, y qué bueno que encontraste a Juan Farias en tus lecturas... Como bien dices, la hondura y el lirismo son dos características de su obra. Gracias también por recomendarnos su conferencia, que se puede descargar aquí: https://www.cervantesvirtual.com/obra/en-voz-alta--0/
Un saludo!
Hola a todxs
Lamentablemente no solo lxs jóvenes tienen la idea que las dictaduras son una buena opción de gobierno. He platicado con españoles mayores de 50 años que también consideran a la dictadura como la solución política y de gobierno para los países.
Si, mi teoría es que los jóvenes han sido educados con estas personas mayores de 50 (y también sus abuelos) que les han contado la parte nostálgica, y, desde luego, sí que hubo gente que vivió mejor, pero no fue la mayoría.
Gracias Ana, porque siempre aprendo con tus textos y porque también sumas títulos interesantes a mi lista de libros por leer.
Yo conocí a Juan Farías en la FIL, el día que recibió el premio SM -el fue el primero en recibirlo. Estaba muy mayor y dio su discurso con mucha dificultad y en voz muy bajita. Casi no nos enteramos de lo que decía. Luego su hijo leyó de nueva cuenta el discurso. Tengo muy presente la ocasión. Han pasado 20 años.
Un beso.
Eso me parece increíble, todavía hoy, ese premio no despierta las ganas de publicar nuevos autores, de tener sus libros actualizados. Es un desastre para la memoria. Estuve leyendo algunos textos de Juan para congresos y todo lo que dice me encanta todavía hoy. Gracias y un beso
Y muchas gracias por estos autores que no conocía y apunto: Farías, Montañes, Giménez...
¡Estupendo! Espero que los disfrutes
Gracias por este post. Como ciudadana argentina lamento muchísimo esta dirección que están tomando nuestras sociedades. Acá también hay jóvenes que creen que en la Dictadura se vivía mejor. Sin ánimo de polemizar pienso que el problema no es el pasado, son las derechas. MEMORIA, MEMORIA, siempre.
Es un problema mundial, no creo que los libros puedan cambiar nada, pero algo es algo...
Juan Farias, emoción tras emoción. Al escritor lo escuché en la FILIJ de la Ciudad de México, los presentes fuimos tocados por la sencillez de su discurso nos contó de su experiencia dibujando con palabras paisajes marinos, al final de charla caminó hacia el estacionamiento dejando atrás a muchas seguidoras, Leti una amiga y yo continuamos con él hasta el estacionamiento en dónde Juan decidió sentarse en lo alto de una banqueta y nos siguió platicando y platicando dejando su voz dentro de mi. Busqué sus libros y los atesoro, no son muchos pero son joyas literarias. Gracias
Qué bonito recuerdo, Clemencia, Juan era un increíble conversador y también un grandísimo escritor. Que bueno que guardas sus libros, a mí me faltan algunos que no consigo fácilmente. Un saludo cariñoso
Así fue con nosotras, generoso en su charla, estaba sorprendido con la ciudad pero extrañando su lugar. Ana le escribiré los títulos de los de Juan
Gracias por tu artículo, Ana. No entiendo cómo los jóvenes de hoy pueden decir que con Franco se vivía mejor. Ni ellos ni, tal vez, sus padres, vivieron en esa época. No podemos dejarla en el olvido. Olvidar es lo peor que nos puede pasar. Me ha gustado que utilizaras la palabra "honesto". Es posible que quienes fueron los mantenedores de la dictadura y los que la reclaman ahora, no conozcan su significado.
Apunto en mi agenda releer o leer a Juan Farias.
Es bastante escandaloso, yo no sé si lo dicen por decir o porque lo escuchan en casa. Cada vez que voy a Madrid un señor mayor sube al autobús y grita que ellos "levantaron" España, es un problema bastante generalizado. Espero que vuelvas a disfrutar a este gran escritor.
Gracias Ana por esta reflexión tan importante en estos tiempos donde el fascismo ha vuelto. No soy española pero he vivido otra dictadura. La desinformación, el ataque a la educación es terrible en estos tiempos. Necesitamos de la memoria, del pensamiento crítico de la reflexión.
Gracias, Marcela, asi es, creo que los libros del pasado nos cuentan muchas cosas...
Muy interesante lo que dices. Pero yo creo que el principal problema es la falta de espíritu crítico, que escasea cada vez más y cada vez es más necesario. Vivimos en una época en que cualquier persona tiene más acceso a la información (literalmente en la palma de su mano a través del móvil) que en ningún otro momento de la historia. La información está ahí, la memoria también.
Lo que falta es el discernimiento para separar lo verdadero de lo falso, la información objetiva y verificada de la manipulada e interesada. La mayoría de chavales va a dar más autoridad al último video de su tik-toker favorito que todo lo que puedan enseñarle en el instituto o en el colegio sus abnegados profesores.
Creo que hemos perdido la oportunidad de desarrollar el espíritu crítico en la sociedad y ese es el origen de este problema. Y de otros muchos que se nos vienen y que ya estamos empezando a vislumbrar.
Vivimos en una época de enorme capitalismo y ansiedad por el dinero y ser algo, seguramente la dificultad de serlo (y tenerlo) lleva a pensar de esa manera. Es como si no hubieran leído ningún libro sobre el tema, como si la serie Cuéntame fuera el referente nacional, lleno de nostalgia. Y desde luego, lo de internet está ahí, pero también confío en que haya escuelas donde se planteen los temas de otra manera.