Hola, Ana! Qué interesante reflexión. A medida que te leía repasaba mentalmente los libros que les compré a mi hijos y trataba de analizar si tenían ese discurso moral. Se me vino a la cabeza "Fergal, hecha humo!" de Robert Starling (que por cierto mis hijos disfrutaron mucho) en donde la madre enseña a su hijo a encontrar la calma ante situaciones que lo disparan. Por otro lado, pensaba en aquellos en los que no aparecen los adultos, como los cuentos de Oliver Jeffers: la trilogía "Había una vez un niño...".
Tendré en cuenta esta observación cada vez que lea un libro con mis hijos o cuando quiera comprarles uno. Gracias.
Recién pude tomarme el tiempo, con calma, para saborear esta carta. Tan cierto lo que planteas Ana y tan difícil que es encontrar libros infantiles sin un fin explícito. Tanto que se critica a los libros "para..." que no nos damos cuenta de otros que están camuflados para moldear a los niños a nuestra pinta. Hoy en día está difícil discernir entre libros, sobretodo con el aumento de oferta que hay en el mercado. Mucho que digerir y continuar fomentando la buena literatura. Retomar a Roald Dahl, Maurice Sendak y Astrid Lindgren, entre otros.
Gracias Macarena, en el fondo todos los libros tienen algún mensaje, pero los buenos se centran en estupendas historias con un lenguaje rico. El problema hoy en día es que el mensaje domina toda la narrativa y empobrece el conjunto. Gracias por tu lectura y tu comemtario.
Madre mía! Leo esta carta con cierto retraso porque cuando empecé a leerla iba a hacerlo de forma apresurada y decidí dejarlo para un momento de calma (¡qué utopía!) porque me pareció que tenía mucha chicha.
Un acierto la cita de Francesco M. Cantaluccio. Robamos la infancia a los niños, les hacemos abandonar muy pronto las primeras conductas para luego sobre protegerlos y a la vez queremos recuperar como adultos la libertad de la infancia. Todo contradicciones. Y lo cierto es que la lij "apoya" esas conductas. Lo pongo entre comillas porque claro que hay libros con protagonistas infantiles sin adultos que estén constantemente adoctrinando en la conducta, pero cada vez es más difícil encontrarlos en la sobreproducción editorial y no es lo que demandan la mayoría de las familias adoctrinadas a su vez por lo comercial que viene dirigido en muchas ocasiones por las redes sociales y sociedad de lo políticamente correcto que estamos construyendo.
Gracias, Marina, así es. Y la literatura infantil también está inmersa en esta dinámica. Siempre nos quedará volver a los "clásicos" contemporáneos. Pero ¿quién lo hace en este mundo lleno de novedades? Un saludo
Me ha encantado la reflexión. Soy maestra de inglés de primaria y me cuesta horrores encontrar libros para mis alumnos que no tengan moralina y que puedan entender.
Recuerdo de pequeña que me encantaban los lubros (y las películas) en las que no salían los padres o adultos . Pipi, Los cinco y todos los de María Gripe...
Gracias, Ana, por tus magníficas reflexiones que además comparto. Aunque hoy en día se publica suficiente LIJ como para que estos libros buenos para niños malos que comentas tengan también su hueco, a pesar de que no sean los que más abunden, o los que precisamente salgan en las listas de los más vendidos. Hay que atreverse a alejarse de lo políticamente correcto y del todo vale con tal de vender. Se lo debemos a los niños y a los lectores, y por supuesto a nosotros mismos.
Yo creo que sí tienen hueco, pero a veces están muy tapados por otros libros más comerciales. La vida comercial de un libro es terrible hoy en día: novedades y más novedades, y, a no ser que el libro se venda "solo" (lo que no es el caso de los libros buenos), son devueltos al almacén. Un saludo y gracias
Qué necesaria lectura. Mil gracias por este análisis. Como creadora de literatura infantil, siempre es bueno saber mirar más allá y tener claro a quién nos dirigimos, más todavía cuando realizamos lecturas a viva voz de nuestros textos esperando conectar con nuestros oyentes. Un abrazo desde el sur de Chile.
Muchas gracias, Feliza, el contacto con los lectores es muy interesante. Autores como Rodari (que iba por las escuelas leyendo sus historias) , o Roald Dahl (que contó un cuento cada noche a sus hijos) son un buen barómetro para escritores. Un saludo
Gracias,Ana, por tus reflexiones y por poder participar. Realmente muchas adultas tal vez no hayan disfrutado de su infancia y adolescencia. Tal vez no asuman la edad. Tal vez todavía les pese mucho “ese niño, esa niña que llevan dentro” al que a tantos escritores, dinamizadoras, creativas, les gusta apelar. Tal vez no sepan disfrutar de lo que cada momento ofrece, con sus luces y sus sombras, con la alegría y el dolor.
La infancia es concebida como un lujo en las sociedades ricas, y los tesoros, por un lado hay que mostrarlos, por otro hay que protegerlos. Considero que esta situación, muy simplificada en mi frase, influye y se deja influir, por los mecanismos del capitalismo. También la literatura.
Lo políticamente correcto está haciendo daño, también a la infancia. Y, sin embargo, estas personas adultas infantilizadas tienen comportamientos absurdos. Y tal vez piensen que son críticos que van contra el sistema.
Falta pensamiento abstracto, crítico, que significa con criterio.
Leo, releo, LIJ que ya es adulta. Y me cuesta adentrarme en las nuevas historias. Así que gracias porque allanas el terreno, aunque eso no anula la tarea propia de la lectura. No te utilizaré como un helicóptero.
Bueno, la literatura infantil está llena de adultos que no disfrutaron de su infancia, pero no se ponen infantiles cuando crecen. Recuerdo aquel artículo de Arnold Lobel donde contaba cómo era un ser malhumorado que temía que los pequeños a los que detestaba, se dieran cuenta de que él era ese autor con el que tanto disfrutaban con sus libros...
Justo el otro día hablábamos con unos amigos de lo encima que estamos de nuestros hijos. Somos tristemente conscientes de que muchas veces, y siempre con la intención de que les vaya bien, les impedimos equivocarse, descubrir por sí mismos, sufrir, conocer cómo es eso de que las cosas no salgan a la primera, aburrirse y encontrar algo que hacer..., incluso les restamos oportunidades de estar solos. ¡Qué error! Les estamos desproveyendo de herramientas para desenvolverse en la vida.
La literatura infantil es un reflejo de esto que dices, de los padres y madres helicóptero, de la sobreprotección. Ahora los adultos aparecemos en las historias haciendo cosas buenas, salvando... Tienes razón.
En la lij hemos sido (los progenitores) parte de lo opresivo. En muchas de las historias más maravillosas de la literatura infantil no hay padres. Y si los hay, no son estupendos, comprensivos, colaboradores, tienen múltiples defectos que los chicos intentan sortear como pueden.
Tenemos ( así, a bote pronto) muchos ejemplos de ausencia de padres en la lij: Pippi Calzaslargas, Donde viven los monstruos, Las brujas, Los hermanos Corazón de León, Harry Potter, Boy, Tania Val de Lumbre, El barón rampante, Shhhh...., Los hijos del vidriero, Al otro lado, Nadarín, etc
O con padres con muchos defectos: Matilda, Madre medusa, La señora Doubtfire, Konrad o el niño que salió de una lata de conservas, Charlie y la fábrica de chocolate, Hansel y Gretel....
Echo de menos esos libros con personajes autosuficientes, ingeniosos, curiosos hasta el peligro, rebeldes, divertidos, gamberros....
Dejemos , por lo menos, que los niños encuentren esa libertad en la literatura, ¿no?
Las obras que citas me han recordado un precioso libro de Maurice Sendak: El letrero secreto de Rosie, un libro que es una reivindicación del aburrimiento, y de cómo juegan los niños con su propia imaginación. Sí, la literatura debería ser un espacio para encontrar otras maneras de vivir...
Estos libros, con niños controlados, reflejan la realidad del mundo actual. Al menos en Santiago de Chile, es complicado dejar que los niños vaya o vuelvan del colegio solos. Lo veo con mis nietos.
Hasta unos 30 años atrás no era problema, aunque a diario llamaba en la tarde a casa para saber si habían llegado bien.
A pesar de esto, te encuentro toda la razón Ana. Buen fin de semana a todos
Gracias, Gemma, es verdad que las ciudades modernas crean estos comportamientos en los adultos, es sólo que la literatura puede explorar otras realidades. Un saludo
Al leer esta entrada, vino a mi mente La maravillosa medicina de Jorge en el que el niño actúa con plena libertad y, es más, cuando aparecen los padres, su reacción no es para nada la esperada. Es un libro que suelo leer en clase y del que hablo a mis alumnos (estudiantes de Magisterio) con resultados siempre un poco desoladores, porque no es una obra que les guste nada y la consideran poco recomendable. ¡Hay que ver cómo ha calado lo políticamente correcto! Apuntas El Túnel de Anthony Browne y me llama la atención el papel casi secundario e inquietante (El bosque), autoritario (Voces en el parque) e incluso totalmente ausente (Cambios) de los padres en sus obras. Su presencia casi nunca es un elemento positivo o principal. Pienso en la madre de Rosa en El túnel echándolos fuera de casa o en su reescritura de Hansel y Gretel a través de la ilustración cómo representa a esos progenitores. En fin, me gustaría participar más por aquí, porque te leo con mucha atención y siempre me das que pensar. ¡Gracias!
¡Gracias por tu comentario y todas esas obras! También me resulta desolador que los estudiantes de magisterio estén tan atravesados por lo políticamente correcto. La pedagogía, recordemos, ha estado siempre en contra de la fantasía, y que no les guste "La maravillosa medicina de Jorge" es revelador de cómo se lee literatura: como si fuera un manual para la vida, en lugar de tener la oportunidad de acercarnos a otros personajes y mundos sobre los que no sabríamos nada si no fuera por estos libros. Un saludo
Como comenta Ana Laura, los intereses de las editoriales son otros porque la sociedad demanda libros «educativos», y, por lo tanto, si los escritores buscan editorial, o aceptan sus «normas» o no publican.
Creo que cualquier autor/a busca hacer buenos libros con los gustos actuales.
Hola Ana, claro, los escritores -sobre todo los que buscan vivir profesionalmente- se atienen a los gustos actuales, pero supongo que hay muchos más que quieren crear historias memorables. Estuve en Bogotá en una mesa redonda con Jordi Sierra i Fabra quien dijo (y ha publicado 600 libros!) que se inspira en las noticias de periódicos para escribir sus libros. Hay más escritores así, no tengo nada en contra, el problema es cuando se lanzan mensajes, cuando los personajes son absolutamente moralistas, y cuando se quieren dar lecciones de comportamiento.
Ana, siempre en el sentido común del tema, por lo menos para mí. Es un tiempo que se pone difícil para quienes pensamos en la escritura. Demasiada cosa por acá por allá. siento que escribo en un corralito y esa idea me incomoda. Cuál es el tema correcto? para mí es aquel en donde veo al niño al grupo feliz de leerlo en un cuento. Noto además, que estamos muy atentos hasta del pajarito que canta cuál melodía si es atinado o no para un niño... Gracias por recordarnos que el sentido común sigue entre nosotros.
Gracias por compartir tus inquietudes y ese "escribir en el corralito", así es hoy en día. Creo que la cuestión no es plantearse un "tema" sino la necesidad de utilizar el lenguaje para expresar un mundo que queremos compartir. Un saludo
Interesantes reflexiones, como siempre. Pero también pienso que hay sitio para todos estos libros, porque los niños son diversos.
A algunos les encantarán las historias al margen de adultos, mientras que otros preferirán encontrarse con adultos que hagan de referentes aunque sea a través de la literatura, porque en la realidad no los tienen. A veces me parece que los libros más gamberros les gustan siempre a las mediadoras que te siguen (que son legión) pero no a todos los niños.
Y otro aspecto a tener en cuenta: sobre todo cuando son muy pequeños, a los niños les encantan las historias con las que sus madres (o las personas que les leen) disfrutan. "Malacatú" triunfa, quizá porque puede gustar a todas las edades.
Por otra parte, me ha sorprendido encontrar "Un día de nada" entre los libros recomendados, porque también podría verse como un relato destinado a que los niños vean que la adicción a las pantallas les hace perderse muchas cosas (a mí no me lo parece, pero a la vez es obvio que es el mensaje que queremos transmitir los adultos).
Claro, completamente de acuerdo. Malacatú tiene una parte lúdica muy interesante, aunque yo, en el contexto de este artículo, veo que refleja también a esos adultos que quieren volver a la infancia. "Un día de nada" me parece valiente porque muestra esa realidad de los niños enchufados a un móvil, pero que termina aburriéndoles también. No hay moraleja, el móvil aparece como un elemento más (igual que la madre trabajadora), y, cuando se le cae y desaparece forma parte de la trama de esa niña que descubre otras cosas. A mí me parece también que los adultos hacemos otra lectura... Gracias!
Hola Ana, he disfrutado mucho tu reflexión, me gusta la idea de retomar la propuesta de libros que inviten al descubrimiento de la infancia, a la exploración, a la aventura desde lo imaginario.
Pero, al final de cuentas la literatura es un medio, y es el medio que psicólogos han encontrado para llevar a niños a encontrar formas de sobrevivir en este mundo que a veces es más hostil de lo que parece, considero que todos caben en este medio y si bien es cierto que hay una oleada enorme en la publicación de estos libros, mucho también tienen que ver las editoriales. Muchos autores terminan buscando publicarse de manera independiente.
En resumen, aplaudo y estoy de acuerdo que los libros buenos para niños malos son hermosos, pero también necesitamos libros que nos informen, literatura especializada en ciertos temas de educación, y quizá si, porque no, replantear la forma en cómo queremos llegar a nuestros niños y jóvenes con estos libros. Muchas gracias!! 😊
Gracias Vanel, por tu comentario. No sé si estoy de acuerdo en que la literatura es un "medio", a mí me parece que es un arte, que tiene que ver con el lenguaje y la creación de mundos que nos hablan de la realidad, pero nada que ver con lo que hacen los psicólogos que no creo que vayan a los museos para ver cuadros y sanar a sus pacientes. Luego está esa cosa intermedia que padecemos también los adultos, de los libros de "autoayuda" que pretenden resolver las cosas del mundo hostil con fórmulas falsas. Estoy de acuerdo en que necesitamos libros que nos informen, pero para eso está la no ficción, que nos da hechos y datos y permiten otro tipo de reflexión. Un saludo
Buenos días: Creo que una autora que escribe "libros buenos para niños malos" es Isol, con títulos como "El globo", "Vida de perros", "Cosas que pasan". Saludos desde Buenos Aires
Uyuuuy que esto da para debatir mucho... 🥰🥰🥰🥰 Hay ahí en la lista un libro que no me acaba de encajar... Gracias por la reflexión, como siempre. Es una tendencia más que preocupante, sin duda, sobre todo porque es fácil caer en ella sin siquiera percatarse.
Hola, Ana! Qué interesante reflexión. A medida que te leía repasaba mentalmente los libros que les compré a mi hijos y trataba de analizar si tenían ese discurso moral. Se me vino a la cabeza "Fergal, hecha humo!" de Robert Starling (que por cierto mis hijos disfrutaron mucho) en donde la madre enseña a su hijo a encontrar la calma ante situaciones que lo disparan. Por otro lado, pensaba en aquellos en los que no aparecen los adultos, como los cuentos de Oliver Jeffers: la trilogía "Había una vez un niño...".
Tendré en cuenta esta observación cada vez que lea un libro con mis hijos o cuando quiera comprarles uno. Gracias.
Saludos,
Marcia.
Muchas gracias, Marcia. Muchas veces, la lectura compartida tiene mucho de afecto y atención y por eso hay libros que les encantan. Un saludo
Siii… nosotros somos mucho de actuar con la voz! Quizá eso aporte en su atención. Saludos.
Recién pude tomarme el tiempo, con calma, para saborear esta carta. Tan cierto lo que planteas Ana y tan difícil que es encontrar libros infantiles sin un fin explícito. Tanto que se critica a los libros "para..." que no nos damos cuenta de otros que están camuflados para moldear a los niños a nuestra pinta. Hoy en día está difícil discernir entre libros, sobretodo con el aumento de oferta que hay en el mercado. Mucho que digerir y continuar fomentando la buena literatura. Retomar a Roald Dahl, Maurice Sendak y Astrid Lindgren, entre otros.
Muchas gracias Ana!
Gracias Macarena, en el fondo todos los libros tienen algún mensaje, pero los buenos se centran en estupendas historias con un lenguaje rico. El problema hoy en día es que el mensaje domina toda la narrativa y empobrece el conjunto. Gracias por tu lectura y tu comemtario.
Madre mía! Leo esta carta con cierto retraso porque cuando empecé a leerla iba a hacerlo de forma apresurada y decidí dejarlo para un momento de calma (¡qué utopía!) porque me pareció que tenía mucha chicha.
Un acierto la cita de Francesco M. Cantaluccio. Robamos la infancia a los niños, les hacemos abandonar muy pronto las primeras conductas para luego sobre protegerlos y a la vez queremos recuperar como adultos la libertad de la infancia. Todo contradicciones. Y lo cierto es que la lij "apoya" esas conductas. Lo pongo entre comillas porque claro que hay libros con protagonistas infantiles sin adultos que estén constantemente adoctrinando en la conducta, pero cada vez es más difícil encontrarlos en la sobreproducción editorial y no es lo que demandan la mayoría de las familias adoctrinadas a su vez por lo comercial que viene dirigido en muchas ocasiones por las redes sociales y sociedad de lo políticamente correcto que estamos construyendo.
Un placer leerte siempre, Ana.
Gracias, Marina, así es. Y la literatura infantil también está inmersa en esta dinámica. Siempre nos quedará volver a los "clásicos" contemporáneos. Pero ¿quién lo hace en este mundo lleno de novedades? Un saludo
Me ha encantado la reflexión. Soy maestra de inglés de primaria y me cuesta horrores encontrar libros para mis alumnos que no tengan moralina y que puedan entender.
Recuerdo de pequeña que me encantaban los lubros (y las películas) en las que no salían los padres o adultos . Pipi, Los cinco y todos los de María Gripe...
Ay, pues si en inglés también pasa lo mismo, estamos fritos.... Gracias por tu comentario
Gracias, Ana, por tus magníficas reflexiones que además comparto. Aunque hoy en día se publica suficiente LIJ como para que estos libros buenos para niños malos que comentas tengan también su hueco, a pesar de que no sean los que más abunden, o los que precisamente salgan en las listas de los más vendidos. Hay que atreverse a alejarse de lo políticamente correcto y del todo vale con tal de vender. Se lo debemos a los niños y a los lectores, y por supuesto a nosotros mismos.
Yo creo que sí tienen hueco, pero a veces están muy tapados por otros libros más comerciales. La vida comercial de un libro es terrible hoy en día: novedades y más novedades, y, a no ser que el libro se venda "solo" (lo que no es el caso de los libros buenos), son devueltos al almacén. Un saludo y gracias
Qué necesaria lectura. Mil gracias por este análisis. Como creadora de literatura infantil, siempre es bueno saber mirar más allá y tener claro a quién nos dirigimos, más todavía cuando realizamos lecturas a viva voz de nuestros textos esperando conectar con nuestros oyentes. Un abrazo desde el sur de Chile.
Muchas gracias, Feliza, el contacto con los lectores es muy interesante. Autores como Rodari (que iba por las escuelas leyendo sus historias) , o Roald Dahl (que contó un cuento cada noche a sus hijos) son un buen barómetro para escritores. Un saludo
Gracias,Ana, por tus reflexiones y por poder participar. Realmente muchas adultas tal vez no hayan disfrutado de su infancia y adolescencia. Tal vez no asuman la edad. Tal vez todavía les pese mucho “ese niño, esa niña que llevan dentro” al que a tantos escritores, dinamizadoras, creativas, les gusta apelar. Tal vez no sepan disfrutar de lo que cada momento ofrece, con sus luces y sus sombras, con la alegría y el dolor.
La infancia es concebida como un lujo en las sociedades ricas, y los tesoros, por un lado hay que mostrarlos, por otro hay que protegerlos. Considero que esta situación, muy simplificada en mi frase, influye y se deja influir, por los mecanismos del capitalismo. También la literatura.
Lo políticamente correcto está haciendo daño, también a la infancia. Y, sin embargo, estas personas adultas infantilizadas tienen comportamientos absurdos. Y tal vez piensen que son críticos que van contra el sistema.
Falta pensamiento abstracto, crítico, que significa con criterio.
Leo, releo, LIJ que ya es adulta. Y me cuesta adentrarme en las nuevas historias. Así que gracias porque allanas el terreno, aunque eso no anula la tarea propia de la lectura. No te utilizaré como un helicóptero.
Bueno, la literatura infantil está llena de adultos que no disfrutaron de su infancia, pero no se ponen infantiles cuando crecen. Recuerdo aquel artículo de Arnold Lobel donde contaba cómo era un ser malhumorado que temía que los pequeños a los que detestaba, se dieran cuenta de que él era ese autor con el que tanto disfrutaban con sus libros...
¡Gracias Ana por la pimienta!
Justo el otro día hablábamos con unos amigos de lo encima que estamos de nuestros hijos. Somos tristemente conscientes de que muchas veces, y siempre con la intención de que les vaya bien, les impedimos equivocarse, descubrir por sí mismos, sufrir, conocer cómo es eso de que las cosas no salgan a la primera, aburrirse y encontrar algo que hacer..., incluso les restamos oportunidades de estar solos. ¡Qué error! Les estamos desproveyendo de herramientas para desenvolverse en la vida.
La literatura infantil es un reflejo de esto que dices, de los padres y madres helicóptero, de la sobreprotección. Ahora los adultos aparecemos en las historias haciendo cosas buenas, salvando... Tienes razón.
En la lij hemos sido (los progenitores) parte de lo opresivo. En muchas de las historias más maravillosas de la literatura infantil no hay padres. Y si los hay, no son estupendos, comprensivos, colaboradores, tienen múltiples defectos que los chicos intentan sortear como pueden.
Tenemos ( así, a bote pronto) muchos ejemplos de ausencia de padres en la lij: Pippi Calzaslargas, Donde viven los monstruos, Las brujas, Los hermanos Corazón de León, Harry Potter, Boy, Tania Val de Lumbre, El barón rampante, Shhhh...., Los hijos del vidriero, Al otro lado, Nadarín, etc
O con padres con muchos defectos: Matilda, Madre medusa, La señora Doubtfire, Konrad o el niño que salió de una lata de conservas, Charlie y la fábrica de chocolate, Hansel y Gretel....
Echo de menos esos libros con personajes autosuficientes, ingeniosos, curiosos hasta el peligro, rebeldes, divertidos, gamberros....
Dejemos , por lo menos, que los niños encuentren esa libertad en la literatura, ¿no?
Las obras que citas me han recordado un precioso libro de Maurice Sendak: El letrero secreto de Rosie, un libro que es una reivindicación del aburrimiento, y de cómo juegan los niños con su propia imaginación. Sí, la literatura debería ser un espacio para encontrar otras maneras de vivir...
Estos libros, con niños controlados, reflejan la realidad del mundo actual. Al menos en Santiago de Chile, es complicado dejar que los niños vaya o vuelvan del colegio solos. Lo veo con mis nietos.
Hasta unos 30 años atrás no era problema, aunque a diario llamaba en la tarde a casa para saber si habían llegado bien.
A pesar de esto, te encuentro toda la razón Ana. Buen fin de semana a todos
Gracias, Gemma, es verdad que las ciudades modernas crean estos comportamientos en los adultos, es sólo que la literatura puede explorar otras realidades. Un saludo
Al leer esta entrada, vino a mi mente La maravillosa medicina de Jorge en el que el niño actúa con plena libertad y, es más, cuando aparecen los padres, su reacción no es para nada la esperada. Es un libro que suelo leer en clase y del que hablo a mis alumnos (estudiantes de Magisterio) con resultados siempre un poco desoladores, porque no es una obra que les guste nada y la consideran poco recomendable. ¡Hay que ver cómo ha calado lo políticamente correcto! Apuntas El Túnel de Anthony Browne y me llama la atención el papel casi secundario e inquietante (El bosque), autoritario (Voces en el parque) e incluso totalmente ausente (Cambios) de los padres en sus obras. Su presencia casi nunca es un elemento positivo o principal. Pienso en la madre de Rosa en El túnel echándolos fuera de casa o en su reescritura de Hansel y Gretel a través de la ilustración cómo representa a esos progenitores. En fin, me gustaría participar más por aquí, porque te leo con mucha atención y siempre me das que pensar. ¡Gracias!
¡Gracias por tu comentario y todas esas obras! También me resulta desolador que los estudiantes de magisterio estén tan atravesados por lo políticamente correcto. La pedagogía, recordemos, ha estado siempre en contra de la fantasía, y que no les guste "La maravillosa medicina de Jorge" es revelador de cómo se lee literatura: como si fuera un manual para la vida, en lugar de tener la oportunidad de acercarnos a otros personajes y mundos sobre los que no sabríamos nada si no fuera por estos libros. Un saludo
Como comenta Ana Laura, los intereses de las editoriales son otros porque la sociedad demanda libros «educativos», y, por lo tanto, si los escritores buscan editorial, o aceptan sus «normas» o no publican.
Creo que cualquier autor/a busca hacer buenos libros con los gustos actuales.
Hola Ana, claro, los escritores -sobre todo los que buscan vivir profesionalmente- se atienen a los gustos actuales, pero supongo que hay muchos más que quieren crear historias memorables. Estuve en Bogotá en una mesa redonda con Jordi Sierra i Fabra quien dijo (y ha publicado 600 libros!) que se inspira en las noticias de periódicos para escribir sus libros. Hay más escritores así, no tengo nada en contra, el problema es cuando se lanzan mensajes, cuando los personajes son absolutamente moralistas, y cuando se quieren dar lecciones de comportamiento.
Ana, siempre en el sentido común del tema, por lo menos para mí. Es un tiempo que se pone difícil para quienes pensamos en la escritura. Demasiada cosa por acá por allá. siento que escribo en un corralito y esa idea me incomoda. Cuál es el tema correcto? para mí es aquel en donde veo al niño al grupo feliz de leerlo en un cuento. Noto además, que estamos muy atentos hasta del pajarito que canta cuál melodía si es atinado o no para un niño... Gracias por recordarnos que el sentido común sigue entre nosotros.
Gracias por compartir tus inquietudes y ese "escribir en el corralito", así es hoy en día. Creo que la cuestión no es plantearse un "tema" sino la necesidad de utilizar el lenguaje para expresar un mundo que queremos compartir. Un saludo
Interesantes reflexiones, como siempre. Pero también pienso que hay sitio para todos estos libros, porque los niños son diversos.
A algunos les encantarán las historias al margen de adultos, mientras que otros preferirán encontrarse con adultos que hagan de referentes aunque sea a través de la literatura, porque en la realidad no los tienen. A veces me parece que los libros más gamberros les gustan siempre a las mediadoras que te siguen (que son legión) pero no a todos los niños.
Y otro aspecto a tener en cuenta: sobre todo cuando son muy pequeños, a los niños les encantan las historias con las que sus madres (o las personas que les leen) disfrutan. "Malacatú" triunfa, quizá porque puede gustar a todas las edades.
Por otra parte, me ha sorprendido encontrar "Un día de nada" entre los libros recomendados, porque también podría verse como un relato destinado a que los niños vean que la adicción a las pantallas les hace perderse muchas cosas (a mí no me lo parece, pero a la vez es obvio que es el mensaje que queremos transmitir los adultos).
Claro, completamente de acuerdo. Malacatú tiene una parte lúdica muy interesante, aunque yo, en el contexto de este artículo, veo que refleja también a esos adultos que quieren volver a la infancia. "Un día de nada" me parece valiente porque muestra esa realidad de los niños enchufados a un móvil, pero que termina aburriéndoles también. No hay moraleja, el móvil aparece como un elemento más (igual que la madre trabajadora), y, cuando se le cae y desaparece forma parte de la trama de esa niña que descubre otras cosas. A mí me parece también que los adultos hacemos otra lectura... Gracias!
Hola Ana, he disfrutado mucho tu reflexión, me gusta la idea de retomar la propuesta de libros que inviten al descubrimiento de la infancia, a la exploración, a la aventura desde lo imaginario.
Pero, al final de cuentas la literatura es un medio, y es el medio que psicólogos han encontrado para llevar a niños a encontrar formas de sobrevivir en este mundo que a veces es más hostil de lo que parece, considero que todos caben en este medio y si bien es cierto que hay una oleada enorme en la publicación de estos libros, mucho también tienen que ver las editoriales. Muchos autores terminan buscando publicarse de manera independiente.
En resumen, aplaudo y estoy de acuerdo que los libros buenos para niños malos son hermosos, pero también necesitamos libros que nos informen, literatura especializada en ciertos temas de educación, y quizá si, porque no, replantear la forma en cómo queremos llegar a nuestros niños y jóvenes con estos libros. Muchas gracias!! 😊
Gracias Vanel, por tu comentario. No sé si estoy de acuerdo en que la literatura es un "medio", a mí me parece que es un arte, que tiene que ver con el lenguaje y la creación de mundos que nos hablan de la realidad, pero nada que ver con lo que hacen los psicólogos que no creo que vayan a los museos para ver cuadros y sanar a sus pacientes. Luego está esa cosa intermedia que padecemos también los adultos, de los libros de "autoayuda" que pretenden resolver las cosas del mundo hostil con fórmulas falsas. Estoy de acuerdo en que necesitamos libros que nos informen, pero para eso está la no ficción, que nos da hechos y datos y permiten otro tipo de reflexión. Un saludo
Buenos días: Creo que una autora que escribe "libros buenos para niños malos" es Isol, con títulos como "El globo", "Vida de perros", "Cosas que pasan". Saludos desde Buenos Aires
¡Completamente de acuerdo! Isol es una genia explorando la vida infantil. ¡Gracias por traerla aquí!
Uyuuuy que esto da para debatir mucho... 🥰🥰🥰🥰 Hay ahí en la lista un libro que no me acaba de encajar... Gracias por la reflexión, como siempre. Es una tendencia más que preocupante, sin duda, sobre todo porque es fácil caer en ella sin siquiera percatarse.
Pues dinos qué libro es para poder seguir conversando!