Lo que los bibliotecarios pueden hacer por la lectura
©Jimmy Liao
Cuando visito las bibliotecas me doy cuenta de lo variadas y ricas que son sus colecciones. Tienen libros descatalogados muy valiosos, ediciones nuevas, estanterías llenas de libros por materias... todo muy bien colocado. Veo a los niños que sacan cualquier libro y lo curiosean, picotean de un lado a otro, a veces sin saber muy bien el rumbo y perdiendo oportunidades de lectura.
Me pregunto por qué los bibliotecarios no son más directos con los niños a la hora de recomendar y proponer lecturas. Con el material que tienen, a mí me parece que sería muy bueno que, con algunos pequeños cambios, estarían modificando (a veces de manera radical) e influyendo en la trayectoria de un lector. No soy bibliotecaria, pero sí utilizo mucho las bibliotecas y sus secciones infantiles, por eso me atrevo, de manera un poco ingenua, a proponer algunas estrategias.
1-Los niños son como pequeños motores
Pensemos en los niños como locomotoras: tienen la energía de ir a todas partes, pero van a ir solo donde puedas poner las vías. Y ese pequeño tiempo del día que van a estar contigo es el tiempo que puedes controlar su recorrido. Tu actitud hacia la lectura y el aprendizaje les marcará durante todo el curso, quizás durante toda la vida. ¿Cómo hacerlo? Tus acciones deben llevar a un mensaje, no a tus palabras. Si integras libros de narrativa e informativos en tus actividades, la mayor parte de los escolares aprenderán que leer es un proceso natural, necesario y una parte importante en la rutina de cada día.
2-Las bibliotecas no son solo para los bibliotecarios
Ten un buen surtido. Saca los libros de las estanterías. Ponlos sobre mesas, en los quicios de las ventanas, en tu mesa de trabajo, busca algunas cajas para seleccionar temas. Cada superficie horizontal puede tener libros en exposición. Que ningún niño que entra en la biblioteca piense que no sabe por dónde empezar.
3- Deja que los niños elijan
Cuando los niños comienzan a seleccionar sus propios libros, nunca les digas: “este libro es muy difícil/fácil para tí”. Todos los libros son buenos para ser leídos o mirados. Como adultos, a veces nos encanta mirar las fotografías de un libro cuyo texto nunca vamos a leer, o nos acercamos a libros informativos para niños con la intención de leer algo sobre un tema que nos resulta poco familiar. Los niños se comportan igual que nosotros: miran los dibujos, ojean el índice, leen algún título, se detienen en un capítulo... Dale a los niños la misma libertad: un libro es como una recompensa. Los niños no pueden saber qué libros son “correctos” si ellos mismos no ha descubierto los que no lo son.
4-Presta libros, no páginas
Ahora que están de moda los libros “gordos”hay que hacer campaña por los “delgados”. Hay muchos libros pequeños en páginas que cuentan grandes historias. Ayuda a los niños a entender que la calidad no tiene nada que ver con el tamaño. Puedes explicarles con una sencilla analogía que el cuadro de Mona Lisa de Leonardo da Vinci solo mide 53 x 77 cms.
5-Leer es más importante que clasificar
Para los niños pequeños, todo es real: los juguetes, el barro, los monstruos, lo que se comen y lo que sueñan. Cuando van creciendo, comprenden las diferencias entre lo real y lo deseado. Y eso es bueno porque no importa cómo lo denominemos. Lo que cuenta es que puedas abrir los ojos de los niños a la buena literatura. Popular, contemporánea, clasicos, prosa, poética, ensayos e informativos. Por nuestro trabajo estamos siempre clasificando y la dicotomía que empleamos es: ficción y no ficción. Esta división, que es muy clara para los adultos, no lo es tanto para los niños. Los niños experimentan emociones con álbumes, con libros de coches o novelas. A veces, trazar la línea es complicado. En realidad, la etiqueta que pongas a los libros no es importante.
6-Leer en voz alta es un ritual
Leer en voz alta nodebería ser un actividad para los ratos muertos. Planifica la actividad, si puedes, una vez a la semana. Ficción e información. Libros álbumes, libros de fotos, poesía, juegos, libros de adivinanzas. Se puede leer en voz alta algo de una revista, de un periódico o incluso algún texto de un libro para adultos que nos haya gustado. No importa si los niños/jóvenes no entienden todas las palabras, lo que importa es que les llegue el flujo del lenguaje, lo literario y nuevo vocabulario les ayudará a incrementar su riqueza lingüística.
7-Los libros informativos también se pueden leer en voz alta
Los diarios de Anna Frank, aspectos del reciclaje en la actualidad, información sobre especies en vías de extinción, no importa lo que se lea. Los niños son como esponjas para la información. Les encanta saber y estar informados. También quieren conocer cosas sobre el mundo real. En muchas ocasiones los libros informativos son el mejor camino para comenzar una conversación sobre libros con niños que leen, otros que no les interesa tanto, o incluso visitantes ocasionales en la biblioteca.
8-No olvides informar de tus actividades
A los padres, a los profesores, a la comunidad: haz listas de libros recomendados para las vacaciones, involucra a las familias para continuar con la lectura en casa. Anima a los profesores a que saquen libros de la biblioteca para sus asignaturas.
9-Manten la colección viva y actual
No temas si tienes libros “viejos” que parecen desactualizados. Un viejo libro de mapas brindará muchas emociones a lectores que les gusta dejar volar la imaginación. Revisa en qué secciones tienes menos libros o estos están desactualizados (por ejemplo, los técnicos) para completarla, pero ten en cuenta que un libro “viejo”, mostrará muchas facetas curiosas que no se encontrarán seguramente en los libros modernos.
10-Los niños
El entusiasmo con que transmitamos nuestro interés por la lectura y por los libros influirá directamente en la percepción de los niños. Tenemos la oportunidad de ayudar a los niños a conectar los libros con la vida real e imaginaria. No hay que dejar de aprovechar esta ocasión. Los niños no son, como se dice normalmente, un vaso que hay que llenar, sino un fuego que hay que encender.