El mejor libro para niños sobre coronavirus no es un libro sobre el coronavirus
En las primeras semanas de este largo confinamiento hemos visto cómo han surgido, de manera altruista, unos cuantos libros para explicar qué estaba pasando a los más pequeños. La "madrastra pedagógica" se ha puesto en marcha a toda velocidad (hay un libro en que dicen que ¡lo han hecho en 48 horas!) y no se iba a desaprovechar esta oportunidad de instruir deleitando con párrafos del tipo:
En estos momentos tan desafiantes, En los que en casa os debéis quedar Hay reglas muy importantes De las cuales no os debéis olvidar
Sin duda, todo un modelo para animar a la lectura en estos tiempos...
La mayoría de los libros se enfocan en varias cuestiones: dar instrucciones para comportarse higiénicamente (lavarse las manos y no tocarse la nariz, por ejemplo); aspectos más o menos técnicos contados de manera más o menos técnica: ahí fuera hay un microbio, tan pequeño que es invisible, que si te agarra, hará que te pongas enferma (sic para toda la frase)); cuestiones sociales ...las obligaciones y los trabajos les robaban demasiado tiempo ... cuenta la leyenda que quizás este fue el motivo por el que un extraño virus empezó a poblar sus calles; algunos para trabajar las emociones, ¡cómo no!: He construido este libro corto para niños entre los 2 y los 7 años con el propósito anticipar y acompañar el mundo emocional infantil frente al virus COVID-19. Este recurso no busca ser una fuente de información científica sino una herramienta desde la fantasía y lo simbólico. (Y a mí me gustaría saber qué entiende la autora de este cuento por "simbólico").
Hay otro que aprovecha para aumentar el mailing pidiendo tu nombre y mail. O sea, es gratis, pero en el fondo, no. Los hay "para colorear", y en algunos casos la tendencia fantástica es muy evidente: soy el planeta tierra y este es un mensaje para ti; "hola, soy el coronavirus; en otros se les cuenta la mentira de que los niños serán los que salvarán el mundo: Necesito una forma de decirle a todos los niños del mundo cómo protegerse a sí mismos -dice una niña-; ¡Ah! por eso es tan importante que nos quedemos en casa -dice otra-. En general, la mayoría de estos libros tratan a los niños como si fueran seres con la cabeza hueca: Azulita lleva muchos días sin salir de su casita; a los que hay que explicarles todo: -Ven, que te lo explico-; Yo te voy a explicar para que puedas entender; a los que hay que engañar: Todos tenemos un superpoder. El superpoder de quedarnos en casa; y a los que hay que rebajar de inmediato su nivel estético. Libros sin editar, hechos al vapor y al calor del momento, libro,en fin, que no sustituyen una conversación familiar más o menos sensata.
De todos estos libros me quedo con el "informativo". Un libro escrito por tres docentes de escuela y una psicóloga, supervisado por un profesor de enfermedades infecciosas e ilustrado por Axel Scheffler. Coronavirus. Un libro para niños y niñas puede descargarse aquí.
Pero no vine hasta aquí para hablar de estos libros, sino para hacerlo sobre un libro que me parece EL libro para este momento...
Un libro del que ya hemos hablamos antes de que estuviera traducido. Un libro que llevaba tiempo esperando en mi mesa y ahora le ha llegado la ocasión. Un libro de un grande, Tomi Ungerer, a quien en este blog hemos dedicado un largo retrato. Un autor que, como bien dice en la la faja de este libro, escribe para regresar a su infancia, para el niño que aún vive en él. Y ese libro es Así es la vida, publicado por Blackie Books (Trad. Miguel Azaola). Ya solamente el título nos dice mucho sobre lo que estamos pasando estos días y seguramente hemos repetido una y otra vez. El subtítulo: Respuestas filosóficas y divertidas a preguntas de niños y niñas. Porque en estos tiempos, si ha habido algo, han sido preguntas. Muchas de ellas difíciles de contestar y algunas, sin respuestas. Ungerer recopila aquí una colaboración con una revista francesa donde respondía, con humor y seriedad a la vez, a preguntas que enviaban los niños.
Dice en el prólogo: Como un roble que se mimetiza con los pinos al ver que se acerca el invierno, me mantengo realista dentro del absurdo. La vida es una prueba que hay que superar dentro de un mundo injusto y violento, y es mejor que los niños estén sobre aviso.
Muchas de esas preguntas nos atañen hoy.
¿Por qué existo siempre?
¿Por qué uno tiene que aprender cosas?
¿Por qué algunas mañanas está uno de buen humor y otras no?
¿Por qué los niños se manejan con la tecnología mejor que los adultos?
¿Es interesante morirse?
¿Por qué nos hacemos preguntas todo el tiempo?
¿Qué es el tiempo?
¿Por qué debemos amar también a los demás y no solo a nosotros mismos?
¿Qué pasaría si no tuviera casa?
Bastaría dejar este libro en manos de los niños para que encontraran sus propias preguntas y, por supuesto, las respuestas de alguien que nunca abandonó su infancia y es capaz de ponerse en el lugar de los pequeños para dar respuestas que les invitan a seguir pensando.
Por ejemplo, con la pregunta: ¿Por qué la oscuridad siempre da miedo? Responde: Si nos intimida la oscuridad es porque puede ocultar amenazas que, por lo general, son solo fruto de nuestra imaginación. ¿Me devorará el armario? ¿Serán fantasmas las sábanas de la cama? Lo mejor es tener a mano una linterna. Si percibís que algo os inquieta o asusta, dirigidle la palabra. Si no reacciona, quiere decir que no existe. (...) La oscuridad transmite misterio a la realidad.
O esta otra de ¿Por qué nos hacemos preguntas todo el tiempo?, donde dice: Hay dos tipos de preguntas: Las concretas, que se refieren a los hechos. En estos casos, las respuestas permiten adquirir conocimientos. Y las abstractas, que se refieren a las emociones, a la conciencia o al sentido de la vida. En estos casos, las preguntas no son definitivas y es necesario interpretarlas.
Muchas de las preguntas de los niños me han catapultado hacia mi propio pasado. Por eso he recurrido con frecuencia a anécdotas autobiográficas. Y aun así, lo que vale para uno no tiene por qué servirle a otro. Dice Ungerer en otro párrafo del prólogo.
Hay, en este libro, preguntas divertidas, serias, absurdas, inconfesables. Hay respuestas de todo tipo: humorísticas, que llevan a otras preguntas, que dejan el cinismo de los adultos a un lado para dar paso a un diálogo sincero y delicado. Preguntas que tocan todo tipo de asuntos: familia, dinero, trabajo, comunicación, ciencia, amor, muerte... Ni sí ni no, que es como se titula la obra original, muestra la maravillosa capacidad de los pequeños para asombrarse. Los niños saben de dónde vienen los bebés, pero no de dónde vienen los adultos y, bajo este prisma, Ungerer está dispuesto a contestarles con toda la inteligencia que merecen.
Sin ningún lugar a dudas, para mí, este es el libro más importante para el confinamiento.