Cómo hablar de los libros que no se han leído (consejos para el lector moderno)
Rescato esta reseña escrita en la querida revista Educación y Biblioteca cuando salió publicado este libro. Me parece que hoy en día, cuando más libros se publican y distribuyen, cuanto más abarrotadas tenemos nuestras casas de libros que leeremos alguna vez, recordar la simpatía de este ensayo cómplice con muchos de nosotros (porque ¿quién no ha hablado alguna vez de un libro sin haberlo leído del todo?), no sólo nos alivia de cierta responsabilidad, sino que nos alienta en la práctica de este singular ejercicio que es leer e interpretar desde la imaginación. Lo que el autor nos viene a decir es que somos creadores incluso con los libros que no hemos leído. Y esta creatividad es la que vamos a reivindicar, para gozo de aquellos obligados a hablar de libros que no siempre habrán leído.
Después de éxitos internacionales que nos han obligado a canonizarnos en lecturas imprescindibles como Cultura, todo lo que hay que saber o 365 días para ser más culto, etcétera, etcétera, aparece este libro de título redondo que, aparentemente, nos va a brindar la posibilidad de disimular todas esas lecturas que nunca podremos realizar por el ajetreo moderno o, simplemente, porque no nos apetece enfrascarnos en ellas. El título original incluye una interrogación, lo que le da al libro un aire, podríamos decir, de autoayuda, aunque también, si uno lee más allá, de ironía.
¿Lo leo o no lo leo? Pierre Bayard
Bayard, profesor de literatura francesa en la Universidad Paris VIII y psicoanalista (lo repetiremos porque la sombra psicoanalítica planea muy claramente por todo el libro), es uno de los ensayistas más relevantes del panorama francés que fue lanzado a la fama por este libro. El método Bayard parece muy sencillo: no es tan importante hablar de un libro que se ha leído según los cánones mecanicistas de lectura, como poder integrar nuestro discurso sobre un libro en una "biblioteca colectiva" de autores, temas y corrientes, aunque sólo sepamos la trama del mismo o lo hayamos hojeado. Porque Bayard, en este libro, establece categorías del tipo: LH -libro hojeado-, LD -libro desconocido- o LO -libro olvidado-, y las utiliza de manera magistral a lo largo de sus ejemplos.
Bayard habla de la no lectura como una categoría a reivindicar, frente al clásico postulado de que "es necesario haber leído un libro para hablar de él con algo de precisión". Sus ejemplos lo demuestran: Valèry, Balzac, personajes de la novela El nombre de la rosa, Hamlet, o el bibliotecario de El hombre sin atributos van demostrando la posibilidad de la no lectura como un acto intelectual reivindicado y legítimo. La no lectura aparece aquí como la forma más radical de lectura y Bayard brinda la posibilidad -de forma brillante y a veces sorprendente- de afrontar la "vergüenza" típica de entornos muy cultivados con un discurso propio lleno de sentido.
El no lector es considerado por Bayard como un ser creativo (y aquí nos deslizamos en las aguas psicoanalíticas), pues lo que en el fondo está reivindicando este libro es la necesidad de "desembarazarnos de toda una serie de prohibiciones, inconscientes en su mayoría, que pesan sobre nuestra representación de los libros". El texto no es algo "sagrado" sino un elemento móvil que forma parte de una "conversación o de un intercambio escrito y se nutre de la subjetividad de cada lector y de su de su diálogo con los demás". El no lector va a buscar en su interior su inspiración, sus referencias colectivas, las imaginadas, las oídas u hojeadas, para crear su propia interpretación. El no lector es, entonces, el auténtico creador.
Y aquí radica la esencia y la importancia de este libro: la creación implica no detenerse en exceso en los libros, y es necesario que nuestros estudiantes aprendan pronto que los libros no son materia para memorizar, o saber lo que "contienen", sino que necesitamos activar su "capacidad de evasión" para que puedan estimular su imaginación en situaciones donde les va a resultar de mucha utilidad.
Bravo, Bayard, y gracias por recordarnos que se puede hablar con "constancia y serenidad" de los libros que no hemos leído.
Pierre Bayard
Cómo hablar de los libros que no se han leído
Barcelona: Anagrama, 2008
ed. en bolsillo: 7,5€