9 ideas para mediadores con libros informativos
El niño que mordió a Picasso /Anthony Penrose
Durante este mes de mayo, en pleno confinamiento, he estado trabajando con un grupo de docentes de Elche (Alicante) con libros informativos. Una de las preguntas de bienvenida fue: ¿que esperas de este grupo?. La mayoría de las respuestas eran "consejos y trucos para usar los informativos en el aula", con lo que entré en pánico pues lo único que no había en el curso eran "tips" para usar los libros. El curso estaba enfocado en conocer primero estos libros, en mostrar su riqueza, sus variados diseños, cómo la imagen es importante, qué es divulgar y algunas cuestiones sobre la complejidad en estos libros. Para no defraudar las expectativas, comencé a anotar ideas, inquietudes y sugerencias que aparecían en nuestra conversación y, con ellas, armo esta entrada para compartir qué hacer en un aula con los informativos, más allá de proponerlos para hacer una tarea concreta.
Y aquí van estas 9 ideas...
1// Lee
Es el primer paso. El más básico para conocer los informativos e interesarse por ellos. Ya lo sabemos: las hormigas rojas nunca te han interesado, pero abrir un libro que cuente curiosidades que desconocías, te acerque a un mundo distinto, y haya sido diseñado para que lo leas como mejor te parezca, te va a encantar. Ahora mismo hay libros para todos los gustos y colores. Solamente hay que animarse a abrir uno y dejarse sorprender.
Los exploradores de huesos // Motoko Matsuda
2// Arma tu propia selección
Después de algunas lecturas vas a empezar a tener libros favoritos. Libros que te han impactado, sorprendido, e incluso, divertido. Ten siempre a mano tu selección personal para compartir desde tu emoción lectora. Libros sobre los que puedes hablar con pasión, libros sobre los que puedes transmitir el deseo de leerlos. Puede ser una selección en base a tus gustos o tus necesidades docentes, pero también puedes incorporar libros que no tengan nada que ver con tus "materias", porque somos curiosos y estamos abiertos a lo nuevo.
Tokio // Taro Miura
3// Sal de los temas típicos
Sí, ya sabemos que los libros de dinosaurios tienen el éxito garantizado y los de animales en general, y también los romanos, las aventuras espaciales, y otros cuantos que al final, son muy limitados y les hacen dar vueltas sobre lo mismo como si fueran un hamster en su ruedita.. Pero con los libros es como con todo lo demás: si nunca prueban la Quiche Lorraine ¿cómo vamos a saber si les gusta o no? Así que anímate a incluir libros menos populares para encontrar lectores a los que les pueda interesar. Una historia de la medicina a través del arte; una Historia ilustrada del rock, un acercamiento singular a la idea de ciudad (como la colección Mi hermosa ciudad), un libro de otro tiempo, como los de Miroslav Sasek o Ann y Paul Rand; o una inmersión en el sentido del oído como Fuerte, suave, murmurado. Todos estos libros les llevarán a lugares ignorados y abrirán nuevas inquietudes en sus curiosidades.
Fuerte, suave, murmurado // Romana Romanyshyn y Adriy Lesiva
4// Escucha sus intereses
Al igual que cada libro es un mundo, cada niño lo es también: no des por supuesto que a todos les va a gustar el mismo libro, el mismo tema. Habrá pequeños que se interesen por las construcciones, otros querrán saber más de un país porque estuvieron ahí de vacaciones, otros tendrán curiosidad por las mascotas porque tienen una en su casa. Estamos acostumbrados a dar un libro a un grupo heterogéneo, pensando que a todos les va a gustar, pero no es así. Desde pequeños, ya tenemos alguna inclinación y un libro puede ayudar a motivarles en esa inquietud. No son pocos los ejemplos de investigadores y científicos que comentan cómo un libro les despertó su vocación. La cosa es que, cuanto más variados sean los libros, más vocaciones se pueden activar, o cambiar incluso.
Pero ¿por qué no avanzan? // Tomoco Ohmura
5// Conversa / conversa / conversa
Ya hemos hablado en este blog de las diferentes maneras de leer: está la estética que pone su interés en el aspecto emocional, y la eferente, que se fija más en la información y los datos. Muchos, muchísimos libros informativos permiten esta doble lectura y, lamentablemente, muchos mediadores se suelen quedar, a la hora de hablar sobre los libros, en los aspectos estéticos y emocionales con preguntas del tipo: ¿cómo te sentiste tu?. Con los libros informativos se trata de salir de ese pequeño "yo" y viajar a otros lugares. Por ejemplo, un libro como Stelaluna de Janell Cannon juega mucho con el componente emocional (de hecho, en la editorial marcan como temas la adopción, y suele estar en listas de "libros con valores") pero ¿no seria muy interesante hablar de los murciélagos y darnos cuenta de que son unos animales llenos de sorpresas? En este libro se cuenta cómo se alimentan, cómo usan su radar para orientarse, su sensibilidad a la luz y otras cuantas cosas que no sabíamos. Hablar de adopción con este libro limitaría mucho las posibilidades de crear conocimiento buscando, por ejemplo, qué tipos de murciélagos existen, cómo viven, en qué lugares del mundo, y cómo son beneficiosos en el entorno natural.
Stelaluna // Janell Cannon
6// Los informativos son para muchas edades
Debemos quitarnos esa idea de la cabeza, tan extendida en la literatura, de que los libros van por franjas de edades. Exceptuando los informativos para la primera infancia, el resto de los libros admiten diferentes edades. Con los libros informativos no importa el nivel sino los intereses de los lectores. Un niño pequeño puede atreverse con un libro técnico de dinosaurios porque el tema le fascina y es capaz de contarnos cosas que ni nosotros sabríamos: su interés por el tema va más allá de barreras lingüísticas. Debemos darles esta oportunidad de leer libros que no nos parecen para su nivel porque muchos libros están diseñados para diferentes edades: tipografías en diferentes tamaños que les permiten leer pedazos de los textos, el uso de la doble página, la información que contienen las imágenes... todo está pensado para diferentes niveles, no importa si el lector tiene cinco, quince o cincuenta años, como en este libro, Olor animal, que permite múltiples lecturas.
Olor animal / Emmanuelle Figueras y Claire de Gastold
7// Atrévete con temas sociales y políticos
Hay pocos libros de ciencias sociales... ¿quién quiere enredarse con asuntos de actualidad, comprometidos, críticos y que muestren un punto de vista diferente? Por eso, para los escasos que hay, merece la pena incluirlos en nuestras recomendaciones y lecturas. Te brindarán conversaciones únicas, despertarán muchas inquietudes, darán ganas de saber más y no dejarán indiferentes a nadie. Es nuestra contribución para despertar un pensamiento crítico, para hacer ciudadanos futuros que no permanezcan indiferentes ante lo que les rodea. La colección Libros para el mañana es todo un tesoro para explorar y conversar, al igual que la nueva colección de Akiara Boos, Akiparla dedicada a discursos inspiradores. Los libros de Jeanette Winter, o los de Peter Sís, nos hablan de personas que se enfrentaron a las situaciones que les rodearon. Por último, mencionar la estupenda colección Pequeños grandes gestos dedicada a aquellos que se salieron de la fila para reivindicar cambios.
Colección Akiparla
8// Unos libros nos llevan a otros y a otros y a otros
Una vez que se ha despertado el interés por un tema, éste nos lleva a otro y ese, a otro... las ramificaciones son infinitas. Leyendo un libro sobre Japón nos podemos interesar por el origami o cualquier otro asunto; un libro de arte nos lleva a querer saber más de los artistas; uno sobre construcciones, a mirar de otra manera nuestra casa; y un libro como, por ejemplo, Lost in translation nos invita a mirar viejos diccionarios en busca de palabras extrañas. Hay que permitir y alentar esta dispersión, esta serendipia que hará lectores más curiosos, también más independientes al elegir ellos mismos sus lecturas. Cada libro es único y únicas son las lecturas, al igual que los aprendizajes.
Lost in translation // Ella Frances Sanders
9// Da tiempo para explorar
La gran variedad de temas y de maneras de contarlos exige que tomemos tiempo y dejemos también tiempo para la exploración. Ya lo hemos dicho: cada libro atrapa a lectores diferentes y es raro que un mismo libro interese y guste a un grupo grande y variado como es un aula en la escuela. Por eso tenemos que llevar libros informativos a las clases, dejar que sean mirados, ojeados, comentados. Que los lleven a casa o dedicar un rato en horas lectivas para su lectura, que puedan decir libremente si les gustó (o no), que cambien de libro, que se recomienden entre ellos. Haciendo esto estamos legitimando también la lectura de otros libros que no son de ficción. Y.... nos encantaría leer tus experiencias de mediación con informativos.... ¿nos las cuentas?