Listamanía: 7 maravillosos libros informativos para niños
Foto de Andy Prokh, Kate & Cat
Pues sí, terminó el año 2014 y, como es habitual, la mayoría de los medios de comunicación hicieron sus listas de libros recomendados. Excelentes selecciones, que han resumido muy bien colegas de otros blogs, como este de España. Pero... prácticamente ninguna recomendación de libros informativos. Volvemos a insistir desde aquí, en la importancia de la lectura de libros que no sean de ficción, en la necesidad de formar lectores que no solamente lean literatura, en la excelente variedad de fascinantes libros que van a encantar a los lectores, les ayudan a descubrir cosas que ni siquiera imaginaban, y hasta harán despertar alguna que otra vocación...
Por este motivo me he animado a hacer una pequeñísima selección de libros de gran calidad publicados durante el último año, y he pedido a los componentes de un modesto grupo que teníamos en Facebook dedicado a los libros informativos que nos hagan sus sugerencias.
El abecedario de Kate & Cat del fotógrafo Andy Prokh (Lata de Sal, 2014). La relación de la hija de Andy Prokh (Siberia, 1963) con su gato maravilló tanto a este economista de San Petersburgo que decidió dejar su trabajo y dedicarse a lo que le gustaba: la fotografía. Este libro es un retrato de la vida familiar de Kate y su gato Lilu, organizado en forma de divertido abecedario, que nos permite observar los juegos entre ellos dos, su complicidad, cómo cada uno va creciendo y se hacen compañía. Las fotos de Prokh son en blanco y negro y nos devuelven a una época maravillosa donde los libros informativos tenían fotografías de niños reales en su vida cotidiana, como hicieron Tana Hoban o Bruno Munari. Un auténtico homenaje al retrato y una honesta presentación de la vida cotidiana para niños de cualquier lugar del mundo.
Candombe, fiebre de carnaval, de Bianki (Pequeño editor, 2014). El candombe es un ritmo de origen afrorrioplatense ("esa cosa de negros -es lo que significa candombe- tan argentina") que emplea un tipo de tambor característico, pero lo interesante es la gran fiesta de carnaval que se origina alrededor de esta música. Una fiesta plena de color y de exceso que el ilustrador Bianki ha querido recrear en este libro para mostarlo a los niños de todo el mundo (la edición es bilingüe español/inglés). Bianki, al parecer, tocó de pequeño uno de los tambores característicos y con este libro rinde homenaje a una fiesta con mucha peculiaridades, ritmos, alimentos, horarios y colores. Las ilustraciones de Bianki, son en dos dimensiones y nos recuerdan mucho el arte popular . Aunque él ha indicado alguna vez que es un libro para adultos, nos parece que su cercanía con el imaginario infantil y también el juego y el ritmo que rodean estas fiestas son tan queridas por los pequeños, que vale la pena como una primera aproximación al tema. El libro, por cierto, se publicó primero en el año 2004 en Francia y este año pasado ha visto la luz en su tierra natal. Un libro que no dejará de sorprender a aquellos que piensan que Argentina (y Uruguay) es solamente, y en cuestiones musicales, tango.
¡Qué rico! Sobre platos apetitosos, alimentos asquerosos, guisos olorosos, potajes ventosos, bocatas sabrosos y otros manjares deliciosos. de Anke Kuhl (ils.) y Alexandra Maxeiner (Texto) (Takatuka, 2014) . Ya hablamos en este blog de otro trabajo de estas autoras mereciendo nuestro aplauso por presentar de manera divertida y original el tema de la familia (¡En familia!). Aunque de menor complejidad pero no menor importancia, exploran aquí el delicado tema de la comida y los niños. Qué se come, cómo, gustos y disgustos, maneras de estar a la mesa, formas de preparar la comida, manías y rutinas. Todo ello contado con mucho humor, con detalles divertidos, con historia de la alimentación y las costumbres de diferentes países, culturas y hasta familias pues ya se sabe que "sobre gustos...". Al final, un test para los lectores. Mi invitado a responder el test (un niño de diez años), a la pregunta: ¿Qué es lo que te gustaría probar alguna vez? escribió: "tarta de queso con doble chocolate". Sin duda, un libro para que se divierta toda la familia...
Mate maldición de Jon Scieszka y Lane Smith (Océano Travesía, 2014). Estos simpáticos e irreverentes autores se han propuesto hacer un libro para aquellos que piensan que en la vida no hay problemas difíciles de resolver. Pero, ¿cómo hará la protagonista de este libro para averiguar la cantidad de chocolate confitado que se necesita para medir el río Misisipi? Y es que no sólo hay problemas matemáticos en la clase de geografía, también en la de artes, en la de educación física o, simplemente, en el complicado reparto de magdalenas durante el cumpleaños de Rebeca. Tanta matemática, tanta maldición con las matemáticas, tanto descubrimiento de que cualquier cosa se puede transformar en un rompecabezas numérico convierten a esta niña en "una lunática" de las matemáticas y, en fin, es que hasta para vestirse por la mañana existe una pregunta matemática. El divertido planteamiento del tema, el original diseño, y los singulares ejercicios (+ algunas de sus respuestas) hacen que este libro permita mirar las matemáticas desde muchos puntos de vista, incluido el de la niña que encuentra una ingeniosa solución para librarse de esta terrible maldición.
El libro de los colores, de Sophie Benini Pietromarchi (Thule, 2014). Sophie Benini es la autora, en esta misma editorial, del sugerente El Libro de los libros, donde presentaba diferentes maneras de hacer libros. En esta nueva obra, dedicada al tema de los colores, explora, desde una personal visión, sus propios recuerdos alrededor del color y cómo sus impresiones de infancia en el sur de España hicieron de ella la artista que es hoy en la actualidad. Una exploración singular y delicada, pues explicar el significado de los colores mediante la palabra y la ilustración no deja de ser un reto que la autora cumple con creces demostrando que sensibilidad, ingenio y creatividad van de la mano. El diseño del libro es elegante, generoso, cada doble página invita a la mirada y a la reflexión, también a la exploración personal gracias a los sugerentes comentarios de la autora sobre la necesidad de observar lo que nos rodea. El libro incluye, además, una serie de ejercicios para que cada lector encuentre sus colores y sencillas actividades para explorar. Un libro recomendado también para todos aquellos que busquen una aproximación asequible al tema.
Sofía viaja a la Antártida, de Alison Lester (Ediciones Ekaré, 2014). Este es uno de esos libros que gustan tanto a los adultos como a los pequeños, a los curiosos como a los que prefieren dejarse llevar por una buena historia. Alison Lester sabe bien de lo que habla pues en este libro relata la historia de su propio viaje yendo a la Antártida. Viaje que fue contando a niños de todo el mundo mientras estos le escribían mandándole dibujos de lo que ella relataba. Con los dibujos se organizó una exposición; con el viaje, Lester preparó este espléndido relato de un viaje lleno de aventuras, emoción, frío y un poco de historia. Pues recorrer la Atlántida fue el sueño de muchos aventureros: Ernest Shakleton, Douglas Mawson, Robert Scott y Roald Admunsen lo intentaron con diferente suerte, algunos incluso con su propia muerte. No es así el viaje de la pequeña Sofia que viaja con su padre en un gran barco para hacer una exploración científica y lo cuenta a los lectores con un tono coloquial y lleno de agudas observaciones. La vida en el barco, a qué se dedica cada tripulante, la comida, la ruta y los animales que van apareciendo conforman una deliciosa crónica ilustrada que dará ganas a más de uno a levantarse del sofá para hacer algo especial, aunque solo sea ir a la biblioteca a buscar una buena biografía de Shakelton (como la que acaba de publicar Impedienta). La parte gráfica es igualmente excelente, buen diseño, ilustraciones seleccionadas que se combinan con una parte de dibujos de niños, fotografías, y una rica miscelánea gráfica que incluye sellos, mapas y planos. Si con los libros informativos también se puede soñar este es un ejemplo de ello.
Por último, un libro que llevo siempre a mis talleres para disfrutar de un divertido momento con el grupo. Singular por tres motivos: por el tema, bastante inusual debido a su dificultad; por haber sido presentado con numerosas fotografías, entre otros recursos gráficos; y por el uso constante del humor y la ironía, tan apropiados en un libro sobre algo tan relativo:
¿Qué es el tiempo? Antje Damm (Iamiqué, 2013). La pregunta que se inicia en el título es una invitación a los lectores a reflexiona sobre una cuestión que siempre les preocupa y que ellos suelen plantear de formas diferentes (¿cuánto queda para? ¿cuándo llega mi cumpleaños? ¿dónde estaba yo antes de nacer? ¿por qué tenemos que esperar?). El uso de la pregunta/respuesta es una sugerente manera por parte de la autora de oponer situaciones reales con momentos relativos al tiempo. Como cuando presenta a una mujer embarazada y dice: "a otras a las que es mejor darles su tiempo", o cuando muestra cuadros de diferentes artistas explicando el tiempo que se ha tardado en hacerlos. La capacidad de la autora de relacionar diferentes disciplinas queda patente cuando habla de la naturaleza, de la antropología, de los juegos de antes y de ahora, de las formas de medirlo, del retrato de una niña desde su cumpleaños número 1 hasta el 8, pero también de las tantas situaciones cotidianas donde los niños se encuentran reflejados (ordenar el cuarto, jugar, estar enfermo). La parte gráfica, es riquísima: además de numerosas fotografías la autora ha utilizado el collage, la reproducción de cuadros, la secuencia, el contraste de imágenes, y los dibujos. Cada lector, según su interés, encontrará diferentes niveles -incluido el irónico- para aproximarse a un tema complejo de explicar que, sin duda, afecta a cada una de nuestras acciones diarias y, por supuesto, a la vida misma. Un amigo me contó que, de pequeño, él y sus hermanos, cuando su papá que era fisico les preguntaba cómo estaban y no sabían que decir, respondían: "ando muy einstein", es decir, todo es relativo. Al papá, claro, no le hacía ninguna gracia, pero los niños, como los lectores de este libro, se lo pasaban bomba, como tiene que ser.